Las conclusiones de la comisión permanente del Consejo Escolar sobre el calendario que se ha desarrollado durante el presente curso han sido presentadas ayer por el presidente del mismo y entregadas al consejero para que las tenga en cuenta a la hora de confeccionar el del próximo curso.

A continuación os adjuntamos el texto que contiene dichas conclusiones.

CONCLUSIONES

  1. Relativas a los procesos de implementación, difusión, estudio y valoración del nuevo calendario
  • Entendemos que es pronto aún para efectuar una valoración global del impacto que, sobre el alumnado, el profesorado, los centros educativos, las familias y la sociedad de Cantabria en general, está teniendo el nuevo calendario escolar. No hay todavía elementos de valoración suficientes. Es tan amplio y relevante el conjunto de variables que lo afectan, determinan y repercuten en él, que se requiere un proceso prolongado en el tiempo para valorar, con la perspectiva temporal que demanda cualquier innovación educativa, sus bondades y limitaciones y, consecuentemente, valorarlo con el rigor, amplitud y profundidad que merece.
  • Es necesario hacer un esfuerzo mayor por explicar la naturaleza de este nuevo calendario, profundizando en la fundamentación y razones que han llevado a ponerlo en marcha, y hacer partícipe de ello a toda la comunidad educativa. No debe perderse de vista, a lo largo de los procesos de implementación del calendario, y de reflexión, seguimiento y valoración del mismo, cuál es su sentido y esencia: en primer lugar, mejorar la salud y el bienestar físico y emocional del alumnado; en segundo término, mejorar sustancialmente la calidad de sus procesos de aprendizaje; y, por último, mejorar la convivencia en el aula y en el centro educativo.
  • Tanto la Administración Educativa como toda la comunidad educativa deben de hacer un ejercicio y un esfuerzo prolongado de coherencia de cara a seguir mejorando el proceso de implementación del nuevo calendario, profundizando en el desarrollo de las implicaciones que conlleva, y coordinando, en la práctica, un proceso de mejora que permita avanzar en los cambios necesarios y pertinentes que lo hagan más coherente con los objetivos que persigue.
  • Se debe continuar con el seguimiento, estudio, y valoración del desarrollo que tiene, en la práctica, este modelo de calendario, enriqueciendo paulatinamente y en función de las demandas y necesidades que vayan emergiendo, los focos y los procedimientos de análisis, indagación e investigación.
  1. Relativas a los potenciales cambios metodológicos y organizativos que el nuevo calendario comporta
  • El conjunto de cambios de tipo organizativo, metodológico y de funcionamiento, que este Informe plantea acometer como necesarios, no deben de entenderse como una cuestión individual de cada docente; solo podrán llevarse a cabo si se basan en estrategias de trabajo colaborativas y cercanas a la innovación educativa y la investigación-acción; es decir, en el marco de procesos en los que primen la reflexión, formación, indagación, diseño de nuevas prácticas, experimentación y evaluación de las mismas. Todo esto ha de abordarse siempre de forma conjunta por parte del profesorado de cada centro, con las condiciones adecuadas para ello y contando en todo momento con el impulso de la Administración Educativa, así como con el acompañamiento y la ayuda externa que se precisaran en cada momento.
  • Entendemos también que se deben tener en cuenta las necesidades del profesorado, prestando atención a su salud física y emocional, para que pueda afrontar adecuadamente los procesos de cambio que se requiere acometer en los centros educativos; para ello deberían darse en los centros educativos las condiciones adecuadas que lo hagan posible.
  1. Relativas a las relaciones a instaurar entre tiempos escolares, sociales y educativos
  • Puesto que el tiempo es una variable sumamente relevante, tanto para la vida de las personas como para la sociedad y para la escuela, resulta indispensable armonizar los tiempos escolares y los tiempos sociales, si pretendemos que todos ellos sean educativos. Como sostiene José Antonio Caride, los tiempos, especialmente los tiempos sociales, constituyen el contexto donde se produce nuestro aprendizaje como personas. Por eso, independientemente del modelo de calendario por el que optemos, ya sea el nuevo implementado en Cantabria o el tradicional, se debe de trabajar en profundidad para mejorar la naturaleza y la calidad, tanto de los tiempos escolares, como de los tiempos sociales.
  • En el contexto actual de Cantabria, la implantación del nuevo calendario escolar ha suscitado dentro de la comunidad educativa, especialmente en el sector de las familias, interés y expectación, así como una preocupación por mejorar tanto la cantidad como la calidad de las actividades de ocio que se ofertan al alumnado en el conjunto de los periodos de descanso del nuevo calendario escolar. Y, si bien la Administración Educativa ha implementado en el presente curso escolar un plan de medidas al respecto, y algunos Ayuntamientos y AMPAs están jugando también un papel importante en este sentido, es necesario, desde un planteamiento más comunitario, afinar y mejorar el conjunto de la oferta de actividades para los periodos de descanso, mediante una coordinación más efectiva de la misma entre la administración educativa y los diferentes sectores de la comunidad educativa implicados en ella, de manera muy especial con los representantes de las familias, tanto de la educación pública, como de la privada-concertada. Una oferta de ocio que garantice una cantidad suficiente de actividades, así como la calidad y equilibrio necesarios de las mismas. Un ocio que sea creativo y recreativo, cultural y deportivo, que ofrezca al alumnado la posibilidad de realizar actividades diferentes de lo que es su actividad escolar diaria, dentro y fuera de los centros educativos, durante los periodos de descanso. Por último, para que realmente esa oferta pueda cumplir los objetivos que persigue, se necesita hacer un esfuerzo informativo coordinado por parte de todos los sectores de la comunidad educativa implicados en este asunto.
  • Debe abordarse de manera global e integral el problema de la conciliación de la vida familiar y laboral. A ello puede contribuir la escuela, pero no se puede hacer recaer sobre esta todo el peso de la responsabilidad al respecto. Por ello, es indispensable que, tanto a nivel nacional como autonómico, los gobiernos, las administraciones, los agentes sociales, así como el tejido empresarial y la sociedad en su conjunto afronten en profundidad un debate que conduzca a la elaboración de normativas que permitan despejar para las familias el complicado panorama actual que han de solventar, así como a proyectar una mirada abierta y positiva sobre la importancia que comporta esa conciliación.